Destino


¿Qué hacer cuando dependemos del destino?
Siempre me enseñaron "keep it simple", "divide y vencerás".
¿Qué hacer?
¿Cuando dependemos del destino?
¿Qué?
¿Hacer?
¿Cuándo?
¿Dependemos del destino?
¿Dependemos del destino?
¿Dependemos del destino?
Creo que ahí está el problema. ¿Dependemos del destino?.
Destino: fuerza desconocida que se cree obra sobre los hombres y los sucesos.
Que se cree. ¿Qué se cree? ¿Qué se cree, que va a obrarme de arriba a abajo a mi?
El destino señala (no indica), apunta (no dispara), orienta (no lleva), acerca (no junta).

Nicolás y su novia se separaron, cortaron, divorciaron, terminaron, kabum!
       El empezó una relación y su novia su vida. Nicolás se moría por volver, por que todo vuelva a como era antes, que el amor sea el de antes. Pero el amor nunca es el de antes, pues ni Nicolás ni su novia son los de antes. El Nicolás del lunes es muy distinto del Nicolás del jueves, entonces ¿Por qué esperar que el amor del 2013 sea el mismo que el de febrero de 2011?
       Todo va para delante, todo va hacia delante en una infinita montaña rusa que sube, baja, da vueltas, por ahí queda de cabeza por ahí de costado, da otra vuelta completa, sube hasta las nubes, se detiene un minuto y pum! Comienza a caer a 180 km/h. Para abruptamente metros antes de tocar el piso y comienza a subir. Y así hace todo lo permitido por la física y ese terrible invento de Newton, la Gravedad (¡Ay! si puediera volver al pasado y matar a ese HDP y que hoy podamos volar todos, volar sin la necesidad de hacer el amor para ello).
       Volvamos a Nicolás. Nicolás pensó, al igual que toda persona que cree en las frases boludas del Facebook, "Si amas a alguien, déjalo ir; si vuelve, es tuyo, si no... nunca lo fue.". Entonces Nicolás luego pensó: "Será el Destino quien dirá".
 

       Nicolás fue a una fiesta. Estuvo una hora puteando por hacer cola. Entró, tomó una cerveza, se emboló y ,¡Atención!, La vió. La vió de espalda, inmediatamente supo que era ella, no había otra con ese pelo tan largo, negro y suave como una de esas cortinas que se usan en los salones y teatros para tapar el deplorable estado de las paredes. Pero ésta cortina no escondía nada deplorable. La vió y pensó: "Será el Destino quien dirá, si me la cruzo de frente y hablamos y nos miramos". Una hora después: Nicolás en su casa comiendo pizza fría y todavía esperando a Destino que esa noche no apareció.

       Nicolás salió a hacer unos trámites al banco. Se había dormido, era lunes, estaba cansado, cuando se levantó se golpeó el pie frío contra la mesa y para rematarla el día era uno de esos donde llueve pero no llueve, hace frío pero si te ponés un buzo te da calor. Estaba por entrar al banco cuando Ella justo salía. Nicolás pensó: "Será el Destino quien dirá, si nos saludamos mirándonos a los ojos, si nos enganchamos en una hermosa charla y terminamos revolcándonos por ahí", así que entró confiado en que Destino hoy Sí haría lo suyo. Una hora después: Nicolás aún estaba en una cola que parecía la peregrinación a Luján esperando por pagar el monotributo.
 

       Un sábado Nicolás tenía un cumpleaños. Uno de los buenos, de esos en los que hay mucho para tomar, poca gente indeseable y las cumbias de los '90 salen como cachetada de loco. El estaba casi seguro de que Ella iba a ir porque era amiga de uno de los homenajeados en esa fiesta etílica-cumbiera. Entonces Nicolás pensó: "Será el Destino quien dirá, si me llaman los vagos encaramos para la fiesta, me escabio, Ella se escabia, nos miramos a los ojos y terminamos revolcándonos por ahí." Cuestión, 13:00 del domingo. Nicolás y sus amigos puteándose porque: "Yo quería ir pero nadie tiró la onda...", "Y si yo te había dicho para ir...", "Pero, ¡Cómo no fuimos si era obvio que se llenaba de minas!", "Yo puse en Face para ir y nadie me dió bola".
 

       Llovía, Nicolás había salido de guitarra y no tenía paraguas (Nunca tenía uno sano, siempre se le rompían. Destino para eso sí andaba bien, para atravesar una rama entre el paragüas, para hacer que un viento huracanado de 300 Km/h se lo diera vuelta como un paragüitas FeltFort.). Ella había salido de yoga y tampoco tenía paragüas, se lo había olvidado. Nicolás sabía que Ella se tenía que tomar el 3 para su casa, así que se desvió unas cuadras hacia la parada. Entonces pensó: "Será el Destino quien dirá, si ella vino a yoga y viene a tomarse el cole acá, nos miramos y terminamos revolcándonos ahí mismo". Efectivamente salía de Yoga, Nicolás estaba por subir al colectivo cuando ella asomaba por la puerta de ese templo disfrazado de departamento. 20 minutos después: Ella aún esperando semi mojada en la parada del colectivo y Nicolás en su casa jugando a la play mientras puteaba al destino por colgado e impuntual. 

       Noviembre, Nicolás subió a un colectivo. Quedaban dos asientos libres, se sentó del lado de la ventanilla porque siempre esperaba que alguien interesante se sentase a su lado y detestaba a aquellas personas que se sientan del lado del pasillo dejando el asiento vacío de al lado, menos vacío y con la carga implícita de tener que pedir permiso para pasar y soportar la cara de "Bué flaco, dale". "Hoy finalmente Destino apareció", pensó cuando la vió subir y supo que quedaba sólo un asiento libre (el que estaba a su lado) y 1 hora de viaje. Tomó asiento. Entonces Nicolás pensó "Será el Destino quien dirá, si nos miramos a los ojos, charlamos, revivimos el pasado y terminamos revolcándonos por ahí.". 2 minutos después: catástrofe, fatalidad, odio, puñaladas, golpe al plexo solar, dos patadas en el pecho. Un tipo parado a su lado le sostenía la mano y ella sonriendo como estúpida mientras le preguntaba a Nicolás si sabía cómo llegar de la terminal al cine nuevo que iban a ir a ver Iron Man 3. ¡¡Iron Man 3!!

Nicolás, El destino señala (no indica), apunta (no dispara), orienta (no lleva), acerca (no junta).

Pero hay una senda
que no está trazada.
La huella escondida, Vidalitá
que el amor señala.
 

T.V.

Te vi deslizarte por aquella esquina,
te vi señalando a esa estrella.
Te vi tres cuartos menguantes,
te vi escondiéndote del sol.
Te vi hermosamente desnuda,
te vi con ese vestido de espuma.

Te vi reflejada, te vi expresada.
Te vi sola, te vi acompañada.
Te vi espejo, te vi perplejo.


El reloj

Era un reloj muy extraño. Acataba las reglas de la matemática a la perfección. En una recta de tiempo, el mismo corre de izquierda a derecha sumando años y de derecha a izquierda restándolos. Hacia la derecha el futuro, a la izquierda el pasado.
Este reloj avanzaba el tiempo del 9 al 3. Y hacía lo hacía retroceder desde el 3 hasta el 9.
Entonces por un tiempo ellos se conocían, se amaban y se peleaban, y luego, por la misma cantidad ellos se amigaban, se amaban y se desconocían.
No importa, siquiera, en qué dirección corra el tiempo, en el medio siempre va a estar el amor.

El rizoma permanece


La vida se me ha aparecido siempre como una planta que vive de su rizoma. Su vida propia no es perceptible, se esconde en el rizoma. Lo que es visible sobre la tierra dura sólo un verano. Luego se marchita. Es un fenómeno efímero. Si se medita el infinito devenir y perecer de la vida y de las culturas se recibe la impresión de la nada absoluta; pero yo no he perdido nunca el sentimiento de algo que vive y permanece bajo el eterno cambio. Lo que se ve es la flor, y ésta perece. El rizoma permanece.

C. G. Jung. Recuerdos sueños, pensamientos.

Historia de Rosendo Juárez

"... Sucedió entonces lo que nadie quiere entender. En ese botarate provocador me vi como en un espejo y me dio vergüenza. No sentí miedo; acaso de haberlo sentido, salgo a pelear. Me quedé como si tal cosa. El otro, con la cara ya muy arrimada a la mía, gritó para que todos lo oyeran:
—Lo que pasa es que no sos más que un cobarde.
—Así será —le dije—. No tengo miedo de pasar por cobarde. Podés agregar, si te halaga, que me has llamado hijo de mala madre y que me he dejado escupir. Ahora, ¿estás más tranquilo?
La Lujanera me sacó el cuchillo que yo sabía cargar en la sisa y me lo puso, como fula, en la mano. Para rematarla, me dijo:
—Rosendo, creo que lo estás precisando.
Lo solté y salí sin apuro. La gente me abrió cancha, asombrada. Qué podía importarme lo que pensaran.
Para zafarme de esa vida, me corrí a la República Oriental, donde me puse de carrero. Desde mi vuelta me he afincado aquí. San Telmo ha sido siempre un barrio de orden.

El hombre de la esquina rosada

"...­Yo soy Francisco Real, un hombre del Norte. Yo soy Francisco Real, que le dicen el Corralero. Yo les he consentido a estos infelices que me alzaran la mano, porque lo que estoy buscando es un hombre. Andan por ahí unos bolaceros diciendo que en estos andurriales hay uno que tiene mentas de cuchillero , y de malo , y que le dicen el Pegador. Quiero encontrarlo pa que me enseñe a mi, que soy naides, lo que es un hombre de coraje y de vista.
Dijo esas cosas y no le quitó los ojos de encima. Ahora le relucía un cuchillón en la mano derecha, que en fija lo había traído en la manga. Alrededor se habían ido abriendo los que empujaron, y todos los mirábamos a los dos, en un gran silencio. Hasta la jeta del milato ciego que tocaba el violín, acataba ese rumbo.
En eso, oigo que se desplazaban atrás, y me veo en el marco de la puerta seis o siete hombres, que serían la barra del Corralero. El más viejo, un hombre apaisanado, curtido, de bigote entrecano, se adelantó para quedarse como encandilado por tanto hembraje y tanta luz, y se descubrió con respeto. Los otros vigilaban, listos para dentrar a tallar si el juego no era limpio.
¿;Qué le pasaba mientras tanto a Rosendo, que no lo sacaba pisotiando a ese balaquero? Seguía callado, sin alzarle los ojos. El cigarro no sé si lo escupió o si se le cayó de la cara. Al fin pudo acertar con unas palabras, pero tan despacio que a los de la otra punta del salón no nos alcanzo lo que dijo. Volvió Francisco Real a desafiarlo y él a negarse. Entonces, el más muchacho de los forasteros silbó. La Lujanera lo miró aborreciéndolo y se abrió paso con la crencha en la espalda, entre el carreraje y las chinas, y se jue a su hombre y le metió la mano en el pecho y le sacó el cuchillo desenvainado y se lo dió con estas palabras:
­Rosendo, creo que lo estarás precisando.
A la altura del techo había una especie de ventana alargada que miraba al arroyo. Con las dos manos recibió Rosendo el cuchillo y lo filió como si no lo reconociera. Se empinó de golpe hacia atrás y voló el cuchillo derecho y fue a perderse ajuera, en el Maldonado. Yo sentí como un frio.
­De asco no te carneo­ dijo el otro, y alzó, para castigarlo, la mano. Entonces la Lujanera se le prendió y le echó los brazos al cuello y lo miró con esos ojos y le dijo con ira:
­Dejalo a ése, que nos hizo creer que era un hombre...."

Fuera de foco

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Qué paz y tranquilidad tenía! Cuánto resplandor le robó al sol!
Absorta en su mundo de tinta negra y hojas de papel parecía haber hecho de la plaza Un Lugar. Era sólo ella, como esas fotografías que hacen foco en el primer elemento y el resto se ve difuso y sin importancia. Difuso y sin importancia quedó todo en cuanto a su alrededor yacía, y yacía porque hasta el más enérgico pájaro parecía tener un carácter inerte.
Su resplandor, ya dije, se lo había robado al sol. Tan descuidada como era le había quitado a las flores su aroma. Había obtenido de aquel cielo celeste esa transparencia y belleza hipnotizadora. Como si la forma elíptica del mundo había cambiado a una cónica y ella era su vértice, y todo terminaba y empezaba allí.
Para la de la gripe.

Recuerdos de Las Sierras

El 15, a la hora del desayuno, hablando de cama a cama, Violeta me dijo:
-Hoy podríamos hacer una excursión con Don Leopoldo.
-De acuerdo -contesté.
-Podríamos almorzar en las sierras.
A lo largo de la vida he comprobado cuánto agradan los pic-nics y toda suerte de meriendas campestres o, por lo menos, incómodas, a las mujeres. Yo vuelvo de tales paseos con dolor de cintura, con dolor de estómago, con dolor de cabeza, con las manos sucias. Exclamé:
-¡Idea excelente!
La respuesta fue sincera. Un pic-nic con Violeta fatalmente dejaría buenos recuerdos. El norte de mi conducta, sobre todo cuando estoy con una mujer, es lograr abundancia y variedad de recuerdos, ya que éstos constituyen la parte durable de la vida.

Ojalá

Bajando por la rambla se escuchan cantos
entre penas y encantos que tiene el mar
se que se me hizo tarde y ya está aclarando
¡ojalá!
que me estés esperando pa´ festejar
¡ojalá!


El amor que te recontra
que te recontra los besos por las dudas
que te recontra la suerte
te deseo de verdad que te recontra
la felicidad, las caricias y los chistes
que te recontra la vida con todas las ganas
que te recontra el placer
la llovizna, la poesía y todo
ojalá que sí...
Que te recontra.

Atrevida

Hermosa manía la tuya de dejarnos a todos sin luna sólo porque a tí se te ocurre tenerla bajo tu almohada todas las noches. Qué caprichosa eres en hacer que su reflejo se ubique en tu rostro apenas cierras los ojos.
Qué egoísta debes ser para tener a las estrellas en tus ojos y las constelaciones a tus pies. Cuán sivergüenza eres en apoderarte de mis pensamientos y robarme la concentración.
Sabes que la belleza se forma de detalles y diferencias y en tí sobran los detalles y sobreactúan diferencias.
¿Acaso no piensas en los pobres mortales que con tan sólo cinco sentidos debemos lidiar con tu hermosura? ¿No sabes que es imposible? Cómo pretendes que con apenas dos ojos, un par de oídos, una pareja de manos, una nariz y tan solo una boca podamos ver, oir, sentir, oler y degustar tu infinitez.

...Hoy, y sólo por hoy, me conformaré con imaginarte.

Look how they shine for you


Mira como desaparecen cuando cierras los ojos.
Me dijeron que es por las nubes pero yo sé que viven a tu antojo.
Sin luz se quedan cada vez que no las observas.
Tú no te das cuenta, pues te das vuelta y allí están las estrellas.
Ellas me entienden, es que son como mis ojos: brillan contigo y de a ratos sin tí fallecen.

Cuak!

La ví y supe que era para mí. Supe que era tan dulce! Mi corazón se aceleró y sentía un cosquilleo en la panza. Me aproximé a ella, pedí por su mano y la tomé entre las mías. Saboreé sus labios tan dulces, su piel bronceada. En un revuelo de besos terminó en mi boca, casí deshaciéndose al instante. Pronto se internó dentro de mí. Y así todo concluyó, como muchas otras veces, cuando ella estuvo por completo en mi interior, cerca del corazón. Siempre recordaré su aroma y su sabor, pues nunca antes había probado tan exquisita Berlinesa.

Llaves falseadas

EL BAR VIII

El Hombre Sabio se sentó en silencio. El loro dijo:
El amor es una puerta y un beso es la llave. Eso explica el fervor amoroso de todos los parroquianos. Y el carácter efímero de todos los romances. Aquí nos amamos a paso de búsqueda. Sólo nos detenemos a mirar al otro el tiempo indispensable para saber que no es el que buscábamos. Sin embargo, cada elección incorrecta refuerza la esperanza del amante desengañado.
El secreto está en no comprender, en no advertir que no importa cómo se repartan las parejas. Ningún amor está por encima de los demás y todas las llaves están falseadas. Pero conviene no saberlo
.

Existen 6.720.000.000 habitantes en el mundo, por lo tanto, hay, prácticamente, infinitas posibilidades de aventuras amorosas. Es por esto que es indispensable no estar enterados de que ningún amor es más que otro y que tenemos acceso a millones de ellos. De este modo podemos creer que cada uno de ellos es único, eterno y especial. Aunque, de hecho, lo son.
Un amorío de 30 segundos puede ser eterno si queremos, y creemos. Mientras que uno que aceptamos como eterno puede ser banal.
Yo mismo me jacto de tener una cerradura vieja, algo usada y fácil de abrir debido a su carácter genérico.
Sí, me jacto, no me lamento.

SUSTITUCIONES I

EL ZIGURAT



En Babilonia, en la séptima terraza del Zigurat, un hombre y una doncella enmascarados se unen sexualmente cada noche cumpliendo un viejo ritual. Los sacerdotes de Marduk se ocupan de mantener una completa oscuridad y de darles a beber un vino espeso y estimulante.
Los amantes tienen prohibido quitarse el antifaz, bajo pena de muerte. Los abrazos duran hasta el amanecer. En ese momento, el sonido de una trompa señala el fin del encuentro.
Cada noche la doncella es sustituida. Pero ése es un secreto que sólo conocen las mujeres bellas de Babilonia. En verdad todas ellas, por turno, serán durante una noche de su vida la amante ardiente del Zigurat, la encarnación misma de Ashtarté.
El hombre que las posee no debe sospechar la sustitución. Debe creer que es siempre la misma mujer, inmutable en su pasión, en su juventud, en su entrega.
Pero hay que decir que el hombre también es sustituido cada noche, aunque éste es un secreto que sólo conocen los varones apuestos de Babilonia.
Cada noche, en la séptima terraza del Zigurat, dos amantes efímeros se dicen palabras de permanencia y perpetuidad. Cada uno juzga al otro perdurable y trata de ocultar su propia condición fugaz. Las bocas que sólo se besarán por esa noche, juran, y no mienten, un amor eterno.

tic tac tic tac

tic tac, tic tac, tic tac...

el tiempo está sangrando
y mi corazón se está agotando.
Necesito de tiempo para reparar mi reloj
y un relojero para mi corazón.

Tú no estás, te vas y girás.
Yo me quedo, me inquieto y vuelvo.

Los kilómetros no se quiebran
y los relojes no paran.
El almanaque enloqueció,
ya contó 1476 días.

Te acercas, vienes y me envuelves.
Yo me alejo, me voy y te aprieto.

Mi corazón sigue con desperfectos
y mi reloj cada día más rojo...

Yo tan sólo veinte años tenía

Esto no es mío pero fue un regalo muy original que me sorprendió y me gustó mucho. Lo subo sin permiso, pero bueno... tenía que subirlo.

¿Crecer?

Y otra vez confusión… ¿Será que quienes dicen que los años no vienen solos no están tan equivocados? Podrá ser… Pero prefiero enfrentar mis dudas y no creer en suposiciones… Me imaginaba más grande, con unos cuántos kilos más y con un proyecto de vida quizás un poco más ordenado del que estoy llevando… Pero la edad avanza y me siento todavía como si nunca pasara el tiempo… Tal vez es el miedo a darnos cuenta que crecimos lo que nos lleva a confundirnos. O tal vez no hemos crecido tanto como para poder darnos cuenta...

Cóctel de sentimientos, dosis de incertidumbres, pensamientos un tanto vagos, proyectos sin concretar, decisiones impuestas y todos estos años que llevamos a cuesta para poder llegar hasta acá… A darnos cuenta que no sólo es la edad la que nos permite crecer, sino lo que ella significa… Y qué significa la edad? Miedo a enfrentarla, a no querer avanzar, a ver cada vez más cerca eso que de chicos imaginamos que seríamos… Y sin embargo hoy, habiendolo alcanzado no podemos darnos cuenta...

He llegado al punto de preguntarme… ¿en realidad ya soy “grande”? y cómo darme cuenta si siempre pensé que la adultez llegaba con decisiones, con planes concretados, sin esa confusión que nos abruma, con un trabajo, una familia, muchos viajes por delante y la vida sólo para vivirla......

Y hoy, quien quiera que sea que se pone analizar, seguro se confunde al querer contestar si en realidad se siente grande… Grande y valga la redundancia, que palabra grande… ¿Me siento grande? No lo sé… En realidad no si quiero saberlo… Me quedo con mis dudas y pensando que éstas me mantienen en mi niñez eterna...

Florencia "Marioneta" Deharbe.


De paso una canción para la ocasión. Un poco exagerada tal vez.

Yo tan sólo veinte años tenía

En un viejo balcón parecía
Una flor de la vieja barriada...
Yo tan sólo veinte años tenía
Y al mirarla en los ojos soñaba...

Esos ojos de tanto mirarlos
Poco a poco me hicieron poeta,
Yo le hablaba de amor y al rimarlos
Resolví la más dulce cuarteta.

¡oh, los noches del barrio dormido
Con su luna de plata que hacía
Más romántico el beso rendido
Más feliz al saber que era mía!...

Eran buenas sus manos de lirios,
Su cabello de sol parecía,
Y esos ojos dos dulces martirios.
Yo tan sólo veinte años tenía...

Ya en el viejo balcón no se asoma
A escuchar mis suspiros del alma,
Ya mi sueño florido no aroma...
Ya he perdido con ello, la calma...

¡nunca más he de verla!... ¡quién sabe
No sea un bien para mis desengaños!...
No ha de ser lo muchacha de entonces...
¡hoy tampoco yo tengo veinte años!...


"cualqueir cosa es preferible a esa mediocridad eficiente, a esa miserable resignacion que algunos llaman madurez".


Elixires de amor

CORO

Los Brujos de Chiclana
conocen un filtro mágico.
Nadie sabe quién lo vierte
en nuestra copa,
nadie sabe en qué dirección
se manifestará su fuerza,
nadie sabe cuál será
la duración de su efecto.

Amigos de la juventud:
lo único que podemos saber
es que a veces nos enamoramos.



Sí, "a veces nos enamoramos", es así de simple. Nos enamoramos por muchísimos años, por pocos años, por bellas estaciones, por maravillosos meses, por fabulosas semanas, por increíbles días, por paradisíacas horas, por eternos minutos, por celestiales segundos e incluso nos enamoramos en simultáneo de varias maneras e individuos.
Si es que enamorarse consiste en creer que uno se enamora, admito, con el orgullo tan alto como mi frente, que me enamoro todos los segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, estaciones, años y décadas de panaderas, costureras, mozas, estudiantes, arquitectas, ingenieras, doctoras, hermanas, primas, amigas, gemelas, periodistas, bailarinas, profesoras, deportistas, desconocidas, famosas. Y pido disculpas si me olvidé de alguno de mis amores, es que esto de enamorarse no es para tomarlo a la ligera.

Tanto tiempo te dejé fuera de casa, floreando cada vez más el jardín. Siempre tuviste la llave, pero yo cada tanto cambio de cerradura y salgo por ahí.
Siempre paseando por amplias y coloridas, aunque aburridas, avenidas de amores baratos y zapatos nuevos. Pero cuando se presenta un callejón, una cortada o un pasillo no me atrevo a cruzarlo entero. Siempre le confío al destino la posibilidad de que un día sin saber cómo vuelva a encontrarme en el medio del pasillo y seguirlo hasta el final.
Sé que el destino no es de confiar, pero yo tampoco lo soy y siempre es más fácil delegar a otro las responsabilidades y preocupaciones.
Creo en algunos momentos en el destino. Aunque me parece que habría que hacerle un control de alcoholemia, porque parece estar manejando borracho hace un tiempo.

Sprayette

Dispuesto a perder nada y entregar poco
aquí estoy.
Sólo disponible de cinco a ocho
y de regalo un saco de corderoy.

Si alguien necesita desengaños,
verán que me presento.
Siempre bajo la tapa del baño
y es poco lo que miento.

Conmigo pueden contar
al momento de defraudar,
mi gran virtud es ilusionar
y mi defecto amar.

Sin más, me despido.
Su cordial y futuro
ex marido.

Respirar

"Sera mucho pedir
que pasado venga mejor vestido
y golpee antes de entrar..."



Aca me estoy
estando
ni flaco ni tan convidado
vecino de mi mismo
doliendo para averiguarme
(¿donde voy a estar ayer?)
me miro de reojo el corazon
y el me sonrie con puntos suspensivos
"bienvenido al club de los otra vez solitos..."

respirar
dar de nuevo y respirar
y si el destino mira mal
hablarle al oido y pedirle cartas

respirar/ mas que nunca respirar
sacudir el cascaron
y sacarse de encima
la modorra, el que diran, tres o cuatro heridas...


me siguen como perros flacos
las novedades del pasado
yo me hago un nudo en el pulgar
para acordarme de olvidarme
(¿cuando empiezan los despues?)
y como tengo ojeras por curar
me acuesto en el hombro de mi suerte
ojala que huela bien esto de perderse...

respirar/ dar de nuevo y respirar
si el destino mira mal
hablarle al oido y pedirle cartas

respirar/ mas que siempre respirar
suspender el cascaron
sacarse de encima
la costumbre de sangrar por la vieja espina

y como tengo sueños que perder
algunas noches madrugo a contrapierna
ojala que venga al pie todo lo que venga...
respirar/dar de nuevo y respirar...

Algún lugar?

Can you give me sanctuary?
I must find a place to hide,
A place for me to hide.


Paseando...

El lunes crucé a una señora: pelo muy negro y hermosa sonrisa. ¿Cómo puedo llegar? le pregunté sin más preámbulos. Me dió tantas indicaciones que ahora no sé qué hacer.

Si voy por el camino de la Esperanza tal vez me pierda. Mejor tomo la amplia Av. de las Irrelevantes, allí seguro consigo un poco de todo aunque nada de lo que estoy buscando.

Luego de un tiempo de pasear por las glamorosas y floreadas veredas de la avenida decidí hacerle caso a la señora y doblar en calle Ilusión hacia el sur. Allí me dijeron que antes de llegar a calle Melancolía tome una pequeña cortada, Pasaje Felicidad dicen que se llama. Aunque me advirtieron que es muy corto y estrecho y que no entran más de dos personas a la vez (ni menos tampoco, pensé).

Cuando llegué, casi sin darme cuenta, a la salida de Pasaje Felicidad me encontré con un señor de un aspecto algo oscuro, muy alto y un lento lento caminar, parecía abatido por algo. Le pregunté: ¿Y ahora qué?. El me recomendó que diera media vuelta y, que por calle Melancolía, vuelva al Boulevard de las Ilusiones. Allí hay un lugar muy concurrido, el Bar de los Desencuentros. Cuando llegué ahí, estuve un tiempo esperando hasta que Nadie vino, me pedí un Desengaño bien frío y me fuí.

Ahora estoy otra vez en donde partí, Plaza Desconcierto. Siempre llego al mismo lugar, pero el recorrido es siempre distinto.

Túnel?

___"...Y era como si los dos hubiéramos estado viviendo en pasadizos o túneles paralelos, sin saber que íbamos el uno al lado del otro, como almas semejantes en tiempos semejan­tes, para encontrarnos al fin de esos pasadizos, delante de una escena pintada por mí, como clave destinada a ella sola, como un secreto anuncio de que ya estaba yo allí y que los pasadi­zos se habían por fin unido y que la hora del encuentro había llegado.
___¡La hora del encuentro había llegado! Pero ¿realmente los pasadizos se habían unido y nuestras almas se habían co­municado? ¡Qué estúpida ilusión mía había sido todo esto! No, los pasadizos seguían paralelos como antes, aunque ahora el muro que los separaba fuera como un muro de vidrio y yo pudiese verla a María como una figura silenciosa e intoca­ble... No, ni siquiera ese muro era siempre así: a veces volvía a ser de piedra negra y entonces yo no sabía qué pasaba del otro lado, qué era de ella en esos intervalos anónimos, qué ex­traños sucesos acontecían; y hasta pensaba que en esos mo­mentos su rostro cambiaba y que una mueca de burla lo de­formaba y que quizá había risas cruzadas con otro y que toda la historia de los pasadizos era una ridícula invención o creen­cia mía y que en todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juven­tud, toda mi vida. Y en uno de esos trozos transparentes del muro de piedra yo había visto a esta muchacha y había creído ingenuamente que venía por otro túnel paralelo al mío, cuan­do en realidad pertenecía al ancho mundo, al mundo sin lími­tes de los que no viven en túneles; y quizá se había acercado por curiosidad a una de mis extrañas ventanas y había entre­visto el espectáculo de mi insalvable soledad, o le había intri­gado el lenguaje mudo, la clave de mi cuadro. Y entonces, mientras yo avanzaba siempre por mi pasadizo, ella vivía afuera su vida normal, la vida agitada que llevan esas gentes que viven afuera, esa vida curiosa y absurda en que hay bailes y fiestas y alegría y frivolidad. Y a veces sucedía que cuando yo pasaba frente a una de mis ventanas ella estaba esperándo­me muda y ansiosa (¿por qué esperándome? ¿y por qué muda y ansiosa?); pero a veces sucedía que ella no llegaba a tiempo o se olvidaba de este pobre ser encajonado, y entonces yo, con la cara apretada contra el muro de vidrio, la veía a lo le­jos sonreír o bailar despreocupadamente o, lo que era peor, no la veía en absoluto y la imaginaba en lugares inaccesibles o torpes. Y entonces sentía que mi destino era infinitamente más solitario que lo que había imaginado."


Una manera muy peculiar de ver la vida...



Dice

Dice que no quiere ir se quiere quedar
Dice que no quiere ver quiere tocar
Dice que no quiere hablar quiere escuchar
Dice que no quiere ser quiere intentar.
Dice que no quiere oír quiere patear
Dice que no quiere estar quiere arrancar
Dice no querer reír quiere llorar
Dice no querer saltar quiere volar
Si no pierde la cabeza, no puede soñar
Si no escupe su demencia, no puede bajar
Si no encuentra la manera se va a destruir
Si no va en su colgadera se quiere morir.
Dice que no quiere dar quiere robar
Dice que no quiere odiar quiere matar
Dice no querer dormir quiere roncar
Dice no querer sufrir quiere soltar
De nada sirve si no quiere, si no va a tratar
pero no importa si convence a los demás
Llego su hora y no le vale solo discutir
ahora te muerde y solo la quiere pudrir
Dice que no quiere entrar quiere zafar
Dice que no quiere echar quiere voltear
Dice no querer crear quiere aplastar
Dice no querer sentir quiere sonar
Si no pierde la cabeza, no puede soñar
Si no escupe su demencia, no puede bajar.
Si no encuentra la manera se va a destruir
Si no va en su colgadera se quiere morir.
Dice que no quiere paz quiere moquear
Dice que no quiere show quiere brillar
Dice que no quiere mas quiere estallar
Dice que no quiere andar quiere estrellar.
De nada sirve si no quiere, si no va a tratar
pero no importa si convence a los demás
Llego su hora y no le vale solo discutir
ahora te muerde y solo la quiere pudrir



[siento desilusionar a la persona qe qiero al no publicar lo qe "estaria bien" publicar, nosé escribir porqe creo qe hacerlo bien es un don, una especie por lo menos, y no me sale, no tengo tiempo ni siqiera de pensarlo, "filosofar de la vida" decia con una amiga, eso si. Perdón a vos qe sé qe entras con la esperanza de encontrar en mi una poeta oculta, siento defraudarte, hasta siento robarte tu rincón, no me creo lo mejorcito para este lugar, te lo devuelvo con todas las ganas qe vos me lo entregaste (un poco menos tb) y te agradezco la oportunidad qe me diste y qe no la supe aprovechar....La canción? un reflejlo fiel del momento, ni siqiera pega con el escrito., Te amo a vos-]

Hoy

Hoy una de las más grandes satisfacciones que tengo es entender algo. Lo que sea. Pero llegar a ese punto en que sin pensarlo sé el por qué, el cómo y el qué. O al menos eso es lo que creo o me hicieron creer.

Pero una de las cosas más lindas que hay es el no entender ciertas cosas.

Entender el teorema del Sandwich, entender qué pasa cuando respiramos, entender la relación entre pi y el radio, entender.
No entender por qué ella, no entender por qué yo, no entender qué pasa en el cielo cada vez que aparece, no entender qué hay más allá, no entender.

Esto me recuerda a algo muy lindo que escribió una Amiga chiquita (en realidad todo esto fue excusa para no subir sólo a ese texto):

"Cuando eres pequeño cualquier cosa puede cautivarte, pompas de jabón o un
riego que crea un arco iris sobre el césped. Creo que hacerse mayor significa
que cada vez te cuesta más encontrar la forma de sentirte cautivado. La única
vez que siento que miro con esa misma cara es... cuando te miro a vos."

milugaar.blogspot.com

La última prosa





No sé si esperarte de nuevo por una mañana o dos.

El jugo en mi sobra es ardiente, la buena noticia sos vos... sos vos.

La noche se agota de verme, quizá es mejor descansar. A

fuera hace frío y es tarde el hoy del reloj se durmió...y se fue.

Y vendrás con una sonrisa envuelta en la brisa, y me verás inútil demente inconcientemente.

Yo pisaré tu cama de fosas(y no mariposas).

Resolveré la última prosa, resuelve mis cosas, en soledad.


Lisandro Aristimuño, viernes 30 de mayo, Sala Lavarden, Rosario.



[resuelve mis cosas, en soledad.

Tengo la oportunidad de olvidarte.

Mi cabeza te olvidó, mi corazón nosé si está seguro]

¿Como estar triste?

Si usted es una persona que desborda felicidad y que desea estar triste para ver como se siente, a continuación una receta. Ahora si usted es una persona muy triste se recomienda no leer porque le puede llevar al suicidio.

Si usted quiere experimentar tristeza lo primero que debe hacer es ponerse serio, concentrarse y pensar en algo que le haya provocado un profundo dolor, por ej cuando alguna vez se callo un porrazo, o no mejor eso no, la verdad eso es mas cómico, mejor piense cuando se murió su perro o cuando se murió su gato, bueno si no tuvo mascotas entonces póngase triste porque nunca tuvo la dicha de tener una mascota… estamos… ahora debe agachar su cabeza y mirar hacia el suelo dando la impresión de un ser abatido, la mejor forma de estar triste es cuando el ceño esta medio fruncido intente esta operación, si no le resulta mírese a un espejo hasta que le salga a la perfección, todo esto hágalo muy serio, estar triste es un tarea muy difícil que requiere mucha concentración, ahora para darle mayor énfasis su ojos deben estar lagrimosos, para esto acuda a un cebolla, si no le resulta puede probar con mentolatum, pero sin abusar ya que parecerá que esta llorando y usted solo quiere estar triste, por ultimo observe que las personas tristes andan con lo hombros caídos practique esa posición, repítala hasta que le salga perfecto, además no olvide llevar de vez en cuando sus manos a los ojos y refregárselos como se tuviera una basura y recuerde que su boca debe estar cerrada y con un pucherito. De preferencia elija un lugar solitario, puede ser un cuarto vacio donde no entren ni las moscas y con una luz lúgubre, si es de noche mejor y ojala una noche nublada, ponga unos grillos de fondo



[Tan felices somos qe necesitamos recetas para estar triste :)]




El Diecinueve



Estaba empezando a oscurecer la tarde en qe al bajar por Motor Avenue vi al viejo caminando del otro lado de la calle, recogiendo pelotas de golf perdidas. Frené tan de repente qe casi choqé con el para brisas. Dejé el coche en medio de la calle durante otros diez segundos (no habia coches detrás de mi) y después, despacio, di marcha atrás (seguia sin haber coches), hasta qe pude mirar hacia la zanja al lado de la alambrada del campo de golf y ver al viejo inclinado para recoger otra pelota y meterla en un peqeño cubo qe llevaba en la mano.
No, pensé.Si, pensé.No

Pero viré bruscamente y estacioné el coche y me qedé un momento tratando de decidir qe hacer, con misteriosas lágrimas en los ojos sin motivo aparente, y al fin bajé y cuando el tráfico me lo permitió atravesé la calle y fui directo hacia el sur por la zanja mientras el viejo iba hacia el norte. Finalmente nos encontramos cara a cara a unos cincuenta pasos del sitio por donde yo habia entrado.
- Hola -dijo el viejo en voz baja, inclinando la cabeza.
- Hola -dije.
- Bonita noche -dijo el viejo, mirando el cespéd y después el cubo casi lleno de pelotas de golf.
- ¿Encuentra muchas? -dije.-
-Ya ve.Levantó el cubo.
- Muy bien -dije-.
-¿puedo ayudarlo?
-¿Qué? -dijo el viejo perplejo-.
-¿A buscar más? No.
- No me molesta -dije-. Oscurecera en cinco minutos.Tendremos qe encontrar esas cosas antes de que sea demasiado tarde.
- Es cierto -dijo el viejo observándome con curiosidad-.
-¿Por qué quiere hacerlo?
-Mi padre solia venir aquí hace años -dije-. Siempre encontraba algo. Ganaba poco y a veces vendia las pelotas para conseguir algo mas de dinero.
-Yo también las venderé -dijo el viejo-. vengo un par de veces por semana. La semana pasada vendí tantas qe pude invitar a mi mujer a cenar.
-Lo sé.
- ¿Qué?
-Vamos -dije-. Pongámosnos en movimiento. Allí hay una. Y otra junto a la alambrada. Traeré la qe está allá abajo. Bajé la recogí, subí y me qede con ella en la mano, mientras el viejo me estudiaba la cara.
-¿Por qué llora? -dijo.
-¿Estoy llorando? -dije-. Mire eso. Deben ser flores silvestres. Soy alérgico.
-¿Lo conozco yo a usted? -dijo el hombre de repente.
-Quizás. Le dije mi nombre.
-Caramba.-El hombre soltó una suave carcajada-.
-Yo tengo el mismo apellido. No creo qe seamos parientes.
-Yo tampoco -dije.-Porque si lo fueramos me acordaria. Quiero decir, si fuéramos parientes. O si nos hubieramos visto antes.
Dios mío, pensé, así qe es esto. Una cosa es el alzheimer. Otra, irse para siempre. En los dos casos se olvida. Supongo qe una vez qe has muerto no necesitas la memoria. El viejo me miró mientras yo pensaba. Lo incomodaba. Me quitó la pelota qe tenía en la mano y la puso en el cubo.
-Gracias -dijo.
-Allí hay otra -dije, y baje por la pendiente y volví con ella secándome las lágrimas.
-Sigue viniendo a menudo -dije.
-¿Sigo? ¿Por qué no? dijo.
-Ah sólo era una suposicion -dije-. si alguna vez, porque sí, yo quisiera venir de nuevo a recoger y usted estuviera aquí, todo seria mucho más rápido.
-No le quepa la menor duda -dijo el viejo.Volvió a estudiar mi rostro.
-Qué curioso. Tuve una vez un hijo. Un chico guapo. Pero se fué. Nunca pude saber a donde se marchó.
Yo lo sé, pensé. Pero no se fue; quien se fué eres TÚ. Así tiene qe ser: cuando te estás despidiendo, la gente parece alejarse, pero en realidad eres tú quien se está retirando, apagando, desapareciendo. Ahora el sol se habia puesto y caminábamos en la penumbra alumbrada sólo por una farola del otro lado de la calle. Vi una última pelota de golf unos pocos metros a la izquierda del hombre y se la indiqué con la cabeza. El hombre fue y la recogió.
-Bueno, supongo qe ya no habrá más dijo. Me miró a la cara-.
-¿y ahora? -pregunto. Pensé con rapidez. Mirando hacia adelante.
Dije:-¿No hay en todo campo de golf un hoyo diecinueve? El hombre miró hacia la oscuridad.
-Sí claro que sí. Tiene que haber uno por allí.
-¿Puedo invitarlo a tomar un trago? -dije.
-Gracias -dijo el viejo, con los ojos nublados por la duda-. Pero creo qe...
-Uno solo, lo alenté.
-Es tarde -dijo. -
Tengo qe irme.
-¿Adónde?Esa era una mala pregunta.
Los ojos se le nublaron aún más. Tenía qe buscar una respuesta aunqe fuera endeleble.
-Bueno -dijo-. La verdad...-añadió-. Creo...
-No, no me diga. No me gusta ser entrometido.
-Está bien. Bueno. Tengo qe marcharme.Tendió la mano para estrechar la mía y de repente la apretó con fuerza y la retuvo, mirandome a los ojos.
-Nos conocemos -exclamó- ¿verdad?.
-Sí -dije.
-Pero ¿de donde? ¿desde hace cuanto tiempo? -dijo el viejo.
-Mucho -dije. No me soltaba la mano. La apretaba como si temiera caerse.
-¿cúal dijo qe era su apellido?
Se lo dije.
-Curioso -comentó, y bajó la voz-. Es también mi apellido. Vaya. Nos encontramos asi. Y tenemos el mismo apellido.
-Así son las cosas -dije.
Traté de desasirme pero no pude. Cuando por fin logré soltarme alargué de inmediato la mano y apreté la suya con la misma fuerza.
-La próxima vez -dije-, ¿nos encontramos en el hoyo diecinueve?
-En el diecinueve -dijo el viejo-. ¿volverá aquí?
-Sí, ahora qe sé dónde está usted. Alguna noche. Es un buen sitio para caminar y para buscar pelotas.
-No hay muchos tontos como yo. -El viejo miró al vacio sendero de hierba qe había detrás-. Uno se siente muy solo.
-Trataré de venir con mas frecuencia -dije.
-Lo dice por decir.
-No, le doy mi palabra de honor.
-Dar la palabra de honor es una buena promesa.
-La mejor.
-Bueno.
Ahora le tocó a él arrancar la mano y masajeársela para recuperar la circulación-.
-Allá voy. Y se puso en marcha. A menos de cinco metros encontró en el sendero una última pelota y la recogió. Con un movimiento de cabeza me la arrojó. La atrapé con facilidad y me qedé con ella en la mano como si fuera un regalo.
-En el diecinueve -dijo sin levantar la voz.
-Desde luego -le respondí.
Y entonces desapareció en la oscuridad. Me corrían lágrimas por las mejillas y sentí contra el pecho la pelota qe había metido en el bolsillo de la camisa.
¿seguiría allí por la mañana?, pensé.

[Estamos tan inmersos en nuestras vidas: de facultad, de boliches, de amigos, de amores, qe no llegamos a darle el tiempo y la atención qe se merecen. Cuando faltan se necesitan -trillado lo sé- nos acostumbramos tanto a ellos y a creer qe nosotros somos las excepción de todo tipo de maladades o malas jugadas del destino qe pensamos qe a nosotros "nunca nos va a pasar", algunos no lo dicen pero aunqe sea una vez lo pensaron.
No seamos egoistas. Son rompepelotas, pesados, REPETITIVOS, injustos, todo lo qe qeramos!, pero en definitiva son nuestra sangre, ella qe nos dió la vida y él qe a su manera intentó (casi en vano) igualar la posición de madre para nuestro ojos, pero sin duda el qe mas nos metió miedo seguro, ja!...Pensemos, nada más reflexionemos, son nuestros, cuidemoslos.
Para vos qe te fuiste y qe todavía los tenés juntitos -un logro- disfrutalos, qerelos, amalos. Te qiero a vos, no pasa todo por la facultad -verdad- ese viaje te va a rejuvenecer y te qiero!]


Ay del sueño



Ay del sueño
si sobrevivo es ya borrandome
ya desconfiado y permanente
y tantas veces me hundo y sueño
muslo a tu muslo
boca a tu boca
nunca sabre qien sos


ahora qe estoy insomne
como un sagrado y permanezco
quiero morir de siesta
muslo a tu muslo
boca a tu boca
para saber qien sos


ay del sueño con esta poca alma a destajo
soñar a nado tiernamente
asi me llame permanezco
muslo a tu muslo
boca a tu boca
quiero qedarme en VOS.




Adorable puente se ha creado entre los dos.-

[usa - cruza el amor como un puente]

Rutina

Creo que una vez la vi.

Un día de otoño, donde los fresnos se despedían de sus últimas hojas. Esas hojas que son las más fuertes y perseverantes, esas que luchan hasta la última intancia, esas que a pesar de conocer su inevitable destino lo hacen a un lado para seguir su camino.
Era un domingo gris, gris a pesar de no haber una sola nube estorbando al sol. Yo venía de no recuerdo donde y no sabía ni a donde iba. Sólo caminaba tarareando algún tema o pensando en qué decirle cuando la vea. Cómo reaccionar, tal vez haciéndome el indiferente pensaría que soy un hombre misterioso, y eso sería bueno o malo? Tal vez le regalaría una sonrisa para que pensara que soy alguien simpático, o tal vez pensaría que estoy loco. A lo mejor pasar con la frente bien en alto y el mentón más arriba aún, le haría creer que soy un triunfador, un superado. Pensé en tantas formas de engañarla y enamorarla.
Seguía mi camino y cada vez me sentía más cerca, sentía que ESE era mi día, que por fin la vería. Crucé la calle para pasar por la plaza, que es donde debería estar si es Ella realmente. Me sentía muy confiado, empecé a imaginarme cómo me cambiaría la vida, cuántas cosas nuevas pasarían. La había visto por última vez durante una siesta a las 4 de la tarde, estaba tan linda.
Ya sólo quedaba una cuadra, mi corazón empezó a palpitar cada vez más rápido, comencé a repasar cómo me comportaría en ese momento, cómo caminaría, qué haría con mis brazos, mis
manos, todo.
Llegué. Estoy en la esquina de la plaza. Por aquí no está, sigo caminando mirando disimuladamente en todas direcciones buscándola. Ya hice media cuadra y aún no aparece, empiezo a bajar el ritmo. Llego a la otra esquina y nada. Me paro y miro hacia la plaza. No está, Ella no está.
Bajo la cabeza, vuelvo a mirar el piso, mi corazón se desacelera, mi leve sonrisa desaparece, mi esperanza se convierte en desengaño, vuelvo a ser yo.
No lo puedo creer, volvió a suceder.

Rebelión

Y, de pronto, el timbre sonó.

- ¿Estás ahí? -escuché-. ¡Es la hora!
- Ya es tarde. Abre la puerta.


Estaba harto.


Pensé en agarrar el martillo y hacerlo...
Con un poco de suerte podría, de un sólo golpe, terminar con el incesante martirio.


Sería maravilloso.

...................No más controles...

......................................No más urgencias...

.........................................................¡No más cárcel!

Tarde o temprano todos se enterarían de lo que hice...
Tarde o temprano alguien se animaría a imitarme...
Y después, quizás otro...
Y otro...
Y muchos otros ganarían coraje.

Una reacción en cadena que permitiría ternminar para siempre con la opresión.
Deshacernos definitivamente de ellos.
Deshacernos de ellos en todassus formas...


Pronto me di cuenta de que mi sueño era imposible.
Nuestra esclavitud parece ser, a la vez, nuestra única posibilidad...
Nosotros hemos creado a nuestros carceleros,
y, ahora, sin ellos, la sociedad no existiría.


Es necesario que lo admita...






¡Ya no sabríamos vivir sin relojes!

Jorge Bucay.

Un cortito.

...no creo que quieras saber más de mí, pero cuando la costumbre se convierte en necesidad es así... o tal vez fue la necesidad que se transformó en costumbre.

Hagamos un trato

Cuando sientas tu herida sangrar
cuando sientas tu voz sollozar
cuenta conmigo.
(de una canción de Carlos Puebla)

Compañera,
usted sabe
que puede contar conmigo,
no hasta dos ni hasta diez
sino contar conmigo.
Si algunas veces
advierteque la miro a los ojos,
y una veta de amor
reconoce en los míos,
no alerte sus fusiles
ni piense que deliro;
a pesar de la veta,
o tal vez porque existe,
usted puede contar
conmigo.



Si otras vecesme encuentra
huraño sin motivo,
no piense que es flojera
igual puede contar conmigo.



Pero hagamos un trato:
yo quisiera contar con usted,
es tan lindo
saber que usted existe,
uno se siente vivo;
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos,
aunque sea hasta cinco.



No ya para que acuda
presurosa en mi auxilio,
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.

Mario Benedetti.

Noche en la plaza.


Llegué, evité el murmullo de la casa y me quedé. Me quedé pensando, pensando en lo que no pudimos ser, en ser lo que siempre quisiste que sea, en que sea por algo estar aquí, aquí donde no corre más que el tiempo. ¡Tiempo! deja en paz a la Historia. ¡Historia, cómo embelleces con el tiempo!
Se dice que todo tiempo pasado fue mejor, y si no fué realmente así es el recuerdo quien se encarga de hacerlo, de mejorarlo, de adornarlo, de enriquecerlo. Es tan lindo y tan triste recordar, es otro de esos momentos de hermosa melancolía.

Lo mejor son las vísperas... esperar a que llegue tal día para verla, imaginar cómo será el reencuentro, cómo nos despediremos, etc.
Oscar Wilde decía: "There are two tragedies in life: One is not getting what you want, the other is getting what you want.", que traduciéndolo un poco y cambiándolo otro quedaría así: "Hay dos grandes tragedias en la vida, éstas son: la conquista de la persona amada y la pérdida de la persona amada". A ésto añadía que la verdadera tragedia es la inicialmente mencionada.
Ahora, consideremos que vivimos, trabajamos, estudiamos, compramos cosas que no nos gustan, escribimos, pintamos, etc. para conseguir a la persona amada, y si somos ambiciosos, también para reclamar el amor de ésta hacia nosotros. Teniendo en cuenta ésto, podemos decir de que: una vez que hemos obtenido el principal objetivo de nuestras acciones no nos queda mucho más por hacer en esta vida.
Es una "reflexión" un poco más que trágica, pero creo en que, como postula Dolina, todo lo que hace el hombre en la vida es para conquistar a una mujer. Por lo que llegar finalmente a la conquista de la Mujer Amada nos deja un tanto vacíos.

Si no queremos pensar en que nuestra vida carecerá de sentido en un determinado tiempo, es lindo pensar esta leyenda, retazo de un cuento de Alejandro:

"Hay para cada hombre una mujer, una sola, que reúne todas las virtudes que ese
hombre sueña. Su belleza está hecha para deslumbrar a ese hombre. Su voz ha sido
creada para seducirlo. Su inteligencia, para sucitarle y sugerirle ideas
amables. Su ternura, para hacerle dulce el diario sufrimiento.Esa mujer existe y
anda por esas calles. Pero el destino ha decidido que nunca jamás se crucen los
caminos de ningún hombre con la mujer que para él fue concebida."

Y bueno... indefectiblemente terminé hablando de ellas. Mujeres, no cabe duda, siguen siendo la mejor forma de complicarse la vida.

Desde el lugar más extraño del mundo.

Es el lugar más extraño del mundo.
El único donde el tiempo tiene dos velocidades, a la vez.
Donde están las personas más gordas, flacas, amistosas, hostiles, agradables, repugnantes, agraciadas, apuradas, aburridas, enamoradas, desengañadas, ocupadas, libres, afortunadas, desgraciadas, ricas, pobres, despreocupadas.
El lugar en donde se puede comprar todo lo que está a la venta y más.
El lugar donde hay tantos locales como extranjeros.
El lugar perfecto para escribir del Lugar.
El lugar donde todos saben su destino pero nadie hacia donde va realmente.
En donde lo único que vale es tener el papel en mano para no ser más que un estorbo.
El lugar en donde pueden suceder tantas y tan poca cosa.
El lugar de donde uno sólo espera para irse.
El lugar por donde pasan los más grandes y los que nunca lo fueron ni serán.
El lugar menos inspirador del mundo, el lugar más extraño.
El lugar donde todos son iguales. En donde, después de todo, todas las vidas se parecen.
En donde todos somos pasajeros...

"...y chiquillos que corren y vocean, caballerías que cruzan, vendedores que pregonan, una interjección característica por acá, los desaforados gritos de los que disputan y riñen, todo envuelto y confundido con ese rumor sin nombre que se escapa de las reuniones populares, donde todos hablan, se mueven y hacen ruido a la vez, mientras se codean, avanzan, retroceden, empujan o resisten, llevados por el oleaje de la multitud. " Gustavo Adolfo Bécquer

Algo así como una respuesta...

Iba a contestar el comentario de la entrada anterior con un simple comentario, pero fue tan lindo y producido que se merece una respuesta más atractiva y elaborada.


Como decís es un día de reflexión, aunque no quisiera relacionarlo con la palabra "depresión", pero prefiero tener Domingo, un Domingo, mi Domingo. Prefiero que no sea sólo un día más, prefiero tener un día que me haga pensar más internamente, que desarrolle mi Inteligencia Intrapersonal, que me permita charlar un rato con Melancolía y Soledad.

Mis domingos son Felizmente Tristes, y eso me gusta. No toda tristeza es triste...
Si después de todo la dicha misma conlleva, inevitablemente, a la desdicha. Recordar un momento feliz acarrea melancolía, pero una melancolía muy linda por cierto. No obstante, recordar un momento triste no implica un torrente de felicidad.


Entre toda esta "charla" se me vino a la cabeza una parte de la Opereta "Lo que me costó el amor de Laura" de Alejandro Dolina, que creo que los que conozcan algo de Dolina sabrán entender por qué la transcribo.


CORO DEL CARNAVAL TRISTE

Al final apareció
un loco carnaval
tan triste, tan triste.
Caretas de pesar,
comparsas del dolor
cantando su nostálgica canción.
Nos vino a atropellar
un negro batallón
tan triste, tan triste.
Con pomos de llanto nos quisieron mojar
después tuve que bailar.

Bailó con las tres arpías
y con una bruja más fea que un susto.
Se acostó con la Quimera
en el catre fatal del difunto Procusto.
Para el gigante Tifón
la Serpiente Mundial fue más bien serpentina.
¡ Olviden las alegrías,
que viva la pena, llegó el carnaval !

Pasaban sin cesar
en esa cerrazón
figuras dolientes.
Detrás del antifaz
llevaban otro más.
La gente era tal vez puro disfráz.

De pronto comprendí
que había que salir
rajando, rajando.
Con llanto fingido para disimular
salí de nuevo a bailar.


Bailó con las tres arpías
y con una bruja más fea que un susto.
Se acostó con la Quimera
en el catre fatal del difunto Procusto.
Para el gigante Tifón
la Serpiente Mundial fue más bien serpentina.
¡ Olviden las alegrías,
que viva la pena, llegó el carnaval !

Un domingo más que gris

Es domingo, no hay ganas de nada. Mejor dicho, hay muchas ganas de NADA.
Por si fuera poco, a mi estado de desgano existencial se suma la noticia: Soy daltónico, DALTONICO. Que tipo extraño! Me hice un test y me fue muy mal.
El test es el siguiente:




























La onda sería así...

Visión normal

Ceguera para el rojo o el verde


Izqda.

Dcha.


Izqda.

Dcha.

Arriba

25

29

Arriba

25

Nada

Centro

56

45

Centro

56

Nada

Abajo

6

8

Abajo

Nada

Nada



Por lo tanto, soy de los que están del lado derecho de la tabla. Pude ver el 25 y el 56. Al 29 lo confundí con un 20.
Qué triste. Frustrado todo sueño de pintor...

Es interesante todo lo que se puede conseguir con Internet. Pensar que mi vieja y tías se quedaron con la duda de que si mi abuelo era realmente o no daltónico, porque no le creían nada.
Por las dudas voy a abandonar el mundo de los tests, prefiero no enterarme de todo lo que me pase.

Ah, una última prueba de mi inutilidad visual (y tal vez también de la suya).


¿Ven algo que se asemeje a un número en esa imagen? Los que no, son Daltónicos, Já!
Deberían ver un 42.

Tengo tantas ganas de encontrarte que ni te quiero ver. Hace tiempo era tan bueno sentirte cerca que no necesitaba verte, y ahora es tan necesario verte para sentirte cerca.

Fue todo como una historia de telenovela, no? Entonces todavía resta una segunda o tercer temporada en donde todo termina bien, en donde todos son felices como en todo cuento barato.

Como en toda película predecible donde el protagonista termina con la protagonista.

Sin embargo, no es eso lo que hace feliz a la audiencia. Pero, ¿acaso todos vivimos en función de los críticos de cine -que somos todos-? Yo creo que sí, todos vivimos y nos desvivimos por la aprobación ajena. Aunque digamos que no. Donde ésa actitud es precisamente una gran arma para nuestro fin y hasta puede lidiar con la admiración. Hacernos los reacios a lo popular, a la mirada ajena puede sumar puntos en otras miradas logrando nuestro implícito -bah, explícito- objetivo.


"...El hombre de nuestros días vive tratando de causar buena impresión. Su principal desvelo es la aprobación ajena. Para lograrla existen diferentes métodos y estrategias.
Algunos ejercen la inteligencia, otros se deciden por la tenacidad o la belleza, otros cultivan la santidad o el coraje.
Sin embargo, por ser todas estas virtudes muy difíciles de cumplir, ciertos pícaros se limitan a fingirlas..."



Muchas veces tenemos ganas de ser tal cual somos o nos gustaría ser. Pero solo frente a un minúsculo número de personas podemos llegar a serlo. Pero que no se mezclen los tantos, no me refiero ni a los amigos ni a la persona amada. Simplemente existen personas que permiten nuestro pleno desarrollo sin restricciones ni censura y no por esto tienen que ser nuestros amigos, novios, pareja o amantes. Es sólo que tienen Algo que nos desinhibe por completo, que nos da toda la confianza para ser. Esta persona puede ser difícil de hallar para los que viven con una coraza espiritual prácticamente impenetrable.

Existen distintas opiniones sobre este tipo de personas que nos revelan tal cual somos interiormente. Algunos dicen que se trata de sólo dos mujeres, Soledad y Melancolía, y un hombre, innombrable por cierto.

Yo creo que es bueno encontrarse con alguna de éstas personas de vez en cuando, tomar algo, hablar un rato y luego seguir viaje. Seguir viaje, pero siempre teniendo su teléfono a mano.

"Mi amor es un Será, o a veces es un Fué. Pero no pasa nunca por el Es"
Es tan difícil darse cuenta, tan difícil dejarte ir, tan difícil no tenerte, tan difícil explicarme, tan difícil hacerte comprender, tan difícil verte así, tan difícil pensar que es por mí, tan difícil estar a la deriva, tan difícil aceptarlo, tan difícil desaparecer...
Pero es tan fácil saber que eres tú...
o ella,
o ésta,
o tal vez aquella...

1964

I

Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
ni los lentos jardines. Ya no hay una
luna que no sea espejo del pasado,

cristal de soledad, sol de agonías
Adiós las mutuas manos y las sienes
que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
la fiel memoria y los desiertos días.

Nadie pierde (repites vanamente)
sino lo que no tiene y no ha tenido
nunca, pero no basta ser valiente

para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
y te puede matar una guitarra.

II

Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
un instante cualquiera es más profundo
y diverso que el mar. La vida es corta

y aunque las horas son tan largas, una
oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
que nos libra del sol y de la luna

y del amor. La dicha que me diste
y me quitaste debe ser borrada;
lo que era todo tiene que ser nada.

Sólo que me queda el goce de estar triste,
esa vana costumbre que me inclina
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.

Jorge Luis Borges.

Vencidos


Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.


Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,
y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar,
va cargado de amargura,
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar.
Va cargado de amargura,
que allá «quedó su ventura»
en la playa de Barcino, frente al mar.


Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Va cargado de amargura,
va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.

¡Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura,
en horas de desaliento así te miro pasar!
¡Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu lugar;
hazme un sitio en tu montura,
caballero derrotado,
hazme un sitio en tu montura
que yo también voy cargado
de amargura y no puedo batallar!
Ponme a la grupa contigo,

caballero del honor,
ponme a la grupa contigo,
y llévame a ser contigopastor.

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar…



León Felipe